Esta historia ha estado flotando en mi mente y en mi corazón durante muchos años, y nunca me ha abandonado.
Hay vínculos con mi propia juventud, naturalmente, ya que creo que cada película hecha con pasión ha de contener momentos hacia los que el autor / director se sienta atraído. Estos pueden ser pequeños detalles o el tema subyacente. En el caso de ‘Seventeen’, son aspectos numerosos. Es la región en la que rodamos la película, el uniforme de la escuela, inspirado en el mío propio, el hecho de que Paula trabaje en la hostelería en su tiempo libre, a lo que también me dediqué durante muchos años, pero también, y sobre todo, esa fuerte motivación de deseo, que para mí representa cualquier edad, pero sobre todo la juventud.
Durante mi juventud, experimenté que todo era posible, y que, básicamente, todo el mundo quiere, tan sólo, ser amado. El género nunca jugó un papel especial en este aspecto. Todo parecía abierto y posible y libre. Tal vez haya magnificado la imagen de mi juventud. Pero ya entonces estaba magnificada. Esto es así porque durante todos los dramas que tuve que sufrir en mi juventud (tengo una inclinación a sufrir dramas, todavía la tengo), ya era consciente en ese entonces de que era una época magnífica. Y tal vez, al contrario que otras personas, aguardaba con horror la graduación del instituto. No porque pensara que iba a fracasar, sino porque sabía que algo que me importaba mucho iba terminarse.
Para mí, era muy obvio que ‘Seventeen’ sólo podía suceder en la Baja Austria rural, ya que yo también viví allí mi juventud, y estaba deseando contar una historia sobre la juventud en el campo. Donde encuentras a todos tus amigos en la pequeña discoteca del pueblo el fin de semana, subes al autobús para ir a la escuela junto a todos los amigos, a menudo de un pueblo a otro, donde pasas tu tiempo libre en el banco de madera en el campo o en el estanque en el bosque, y donde no hay ningún deseo de marcharse a la gran ciudad porque todo está aquí -todo lo que es grande, pero también todo lo que puede dañar terriblemente.
Por lo tanto, traté de meter en ‘Seventeen’ mucho de lo que me interesa personalmente y de lo que me gustaría ver en una película. He tratado de abordar muchas constelaciones de amor. Me atraen mucho las relaciones que no cuajan e incluso los amores imposibles, especialmente por el deseo. Me gustan estas oportunidades perdidas, esos amores que casi lo son. También traté de retratar personajes muy diversos, porque quería que todo el mundo encontrase su modelo a seguir. La película, al fin y al cabo, se titula ‘Seventeen’ y no Paula. Esto es, me preocupaba presentar este período vital, sin restringirlo a un punto de vista y un personaje. La juventud es múltiple. Y también lo es ‘Seventeen’.
Creo que no hay suficientes películas sobre la juventud. Siempre habrá una demanda de películas sobre jóvenes. Siempre hay algo que contar acerca de la adolescencia. Incluso aunque sea para revivir la juventud en los adultos, los sentimientos asociados con ser jóvenes, y para crear modelos que seguir para los jóvenes.