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(S.O. Largometrajes) Entrevista con Takaomi Ogata, director de ‘The Hungry Lion’

Takaomi Ogata : “Movimientos como #MeToo y Time’s Up no han funcionado bien en Japón”

El meollo de la película The Hungry Lion, del director japonés Ogata Takaomi, es una sociedad contemporánea que da por ciertos los rumores y los viraliza a través de las redes. 

El director es conocido por afrontar sin concesiones los problemas sociales de nuestra sociedad contemporánea en sus filmes. Su película anterior, Sunk in the Womb, retrató un caso real de violación a menores en Osaka. En este caso, expone problemas latentes entre los adolescentes, caso del suicidio, la cultura de la violación y el acoso escolar.

El drama arranca con la detención de un profesor de instituto acusado de abuso a menores. Cuando se extiende el rumor de que una de las alumnas aparece en un vídeo pornográfico del maestro, la adolescente es víctima de ciber acoso y del descrédito y el desprecio de su familia, su pareja y sus compañeros.

Rodada a manera de documental, The Hungry Lion es una crítica a una sociedad local, la japonesa, que a pesar de su modernidad continúa inmersa en la ley del silencio, y a la sociedad global, con especial atención al papel de los medios de comunicación, que apoyan y fomentan esta nociva tendencia a la imprecisión y a la inmediatez.

¿Cuál es la metáfora oculta detrás del título de la película, The Hungry Lion?

Vino por un lienzo llamado, León hambriento atacando a un antílope, del artista francés Henri Rousseau. En la pintura, un león muerde profundamente el cuello de un antílope en la jungla. Un leopardo se esconde en un arbusto en la parte posterior e intenta compartir la presa. Un búho espera con carne en la boca y ve cómo van las cosas. Además, hay otro pájaro y un mono con una mirada dura.

Sentí que esa imagen era como el microcosmos actual de Japón. La jungla es el universo internet o el conjunto de redes sociales donde la gente mantiene el anonimato. Las personas persiguen a la protagonista hasta el suicidio en la película como si fueran animales, y se puede asimilar la jungla a una sociedad de realidad virtual. De modo que tomé prestado el título de la pintura.

Sunk into the Womb fue apoyado por una organización benéfica que lucha contra el abuso infantil, ¿alguna ONG mostró también interés por The Hungry Lion?

Aunque esta película no ha recibido ningún apoyo ni ha sido recomendada por organizaciones oficiales, ha cooperado con nosotros un grupo que salva del suicidio a jóvenes. Y algunos profesores universitarios nos han pedido que usemos la película para sus clases de alfabetización mediática.

He leído que esta película fue difícil y exigente debido a su temática, ¿por qué piensas que la sociedad japonesa no quiere abordar los graves problemas sociales que reflejas en el filme?

En Japón, se consideran personales las causas de varios incidentes y problemas, tiende a pensarse que son responsabilidad propia. No se contemplan como problemas sociales. Los problemas que debe considerar la sociedad en su conjunto, como el abuso infantil, la atención de enfermería, el desempleo, la privación de la vida, se han considerado durante mucho tiempo como problemas individuales.

¿Crees que tu película puede ayudar a hablar de manera constructiva sobre el suicidio?

Me gustaría que así fuera, pero será difícil. Para los japoneses, el suicidio ya se ha convertido en algo cotidiano, especialmente en Tokio.

El número de suicidios en Japón ha disminuido año tras año, pero la cantidad de jóvenes que se suicida sigue siendo alta. Creo que debemos tomar medidas contra el suicidio con énfasis en los jóvenes.

La serie de Netflix 13 reasons why también ha sido controvertida por hablar de violación, acoso sexual, culpabilización de la víctimas, acoso cibernético y suicidio. ¿Por qué crees que es tan difícil abrir un debate sobre estos temas?

Dado que las mujeres siguen sufriendo una gran discriminación en Japón, muchas personas piensan que las víctimas tienen la culpa en los casos de porno vengativo y violencia sexual, también mostrados en este filme. Esto hace que a las víctimas les resulte difícil verbalizar lo que les sucede. Es un obstáculo sobre el tenemos que debatir.

La película retrata algunas preocupaciones internacionales actuales como las noticias falsas y el impacto de las redes sociales en las vidas de los adolescentes, pero también eres crítico con la ley del silencio de la sociedad japonesa. ¿Fue tu intención hablar sobre lo local y lo global?

En mi trabajo anterior, Sunk into the Womb, basado en hechos reales, experimenté la violencia de las imágenes y de la información. La idea de esta película se me ocurrió después de aquello, al ver la cobertura pasada de vueltas de las víctimas de los casos ocurridos en Japón. Inicialmente, mi intención no es abordarlo desde la conciencia de los problemas en la sociedad, sino que el detonante han sido los sentimientos personales.

¿De qué manera ha afectado el movimiento feminista internacional Time’s Up a Japón?

#MeToo y Time’s Up se han convertido en movimientos mundiales. En el caso de Japón, las mujeres comenzaron a alzar sus voces un poco más tarde. Además, una periodista, Shiori Ito, anunció que fue violada sexualmente en una habitación de hotel en 2015 por un periodista de alto rango. La noticia tuvo eco en el extranjero, localmente se cubrió tan sólo en parte. Casi todos los medios domésticos ignoran el suceso. Por otro lado, en las redes sociales, a la señora Ito se la etiquetó como «una prostituta», y fue blanco de críticas donde se la tildó de «trampa de miel». Eso simboliza que movimientos como #MeToo y Time’s Up no han funcionado bien en Japón.