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Norika Sefa (Looking for Venera): “Cuando trabajas con no actores existe una posibilidad infinita de sorpresas”

En su primera película, la directora kosovar Norika Sefa construye un drama robusto, vivo y potente, alrededor de la mirada y los problemas adolescentes de sus personajes. Looking for Venera, reconocida con el Premio Especial del Jurado en el pasado Festival de Rotterdam, es una reflexión sobre la doble moral con la que se trata el despertar sexual de la mujer en el entorno todavía cerrado de los Balcanes.

¿Por qué elegiste llamar a tu película Buscando a Venera?
Está muy relacionado con el tipo de película que quería hacer. Películas como esta, que no dependen necesariamente de un gran drama, necesitan otra forma de generar interés, y el título lo hace. Además, de alguna manera también ayuda a establecer la relación que quería crear entre el personaje y el espectador. Se invita a la audiencia a buscar a Venera. Les insto a prestar atención. Encontré que el título es una buena configuración para abrir esa posibilidad de que cada espectador responda a esa búsqueda de forma independiente. Al mismo tiempo, Venera se busca a sí misma. A esa edad, las personas son muy curiosas, siempre atentas a lo que les rodea, porque tienen ese impulso de definirse; por lo que seleccionan, rechazan y están en un proceso constante de reflejarse en todo lo que les rodea. Con esto en mente traté de darle forma a la narrativa y como no es una película que persiga tan de cerca la trama, quería construir otra relación entre el espectador y ella, en lugar de lo que va a pasar, es una película que invita a pensar en lo que le está pasando a ella en ese momento.

¿Qué películas que también tratan acerca del paso a la vida adulta de adolescentes en pueblos pequeños y de padres estrictos e incomprensivos tuviste en cuenta al desarrollar la película?
En realidad, no tenía películas así en mente, al menos, no de manera consciente… Lo cierto es que me niego a establecer este tipo de estructuras cuando escribo. Siento que a menudo son una limitación. Mi punto de partida no fue la mayoría de edad, sino que la forma de la película llegó de manera muy orgánica. Quería retratar esa vida dinámica, similar a la mía. Crecí en una gran familia de tres generaciones, donde siempre hubo este choque de energías y una brecha generacional. Todos vivimos las mismas situaciones, pero las emociones y las percepciones eran tan diferentes… Surgía esta disposición a la duda y empezabas a cuestionar las cosas. Me encanta jugar con este tipo de incertidumbres que genera una familia. En realidad, fue más tarde, en el proceso de escritura, cuando decidí que el personaje principal sería Venera, porque esa edad me permitía abordar las cosas de una manera más instintiva, no con una opinión formada o un prejuicio.

¿Están tan presentes las reminiscencias de la guerra en las conversaciones actuales como muestra la película?

En efecto. Yo diría que también están presentes en cómo definimos el tiempo, especialmente el futuro. Nuestros padres están viviendo en la posguerra comparando el presente con el tiempo perdido, y generalmente hay poco espacio para que los jóvenes diseñen su futura independencia de esto. Es una mentalidad engañosa para el temperamento juvenil.

¿Por qué elegiste trabajar con Luis Armando Arteaga, director de fotografía de Jayro Bustamante?
Descubrí que Luis y yo compartimos el mismo gusto y entendimiento de esa representación del mundo ricamente atmosférica. Yo diría que ambos pretendemos retratar el mundo como rico, lleno de recursos, pero también visto de alguna manera, con un sentido de nostalgia.

Arteaga bloquea a Venera en muchas de las escenas, usando cuerpos casi como si fueran pilares o árboles que se elevan sobre ella y la desplazan, e incluso a menudo la relegan al fondo del plano. ¿Cómo acordasteis estas decisiones de encuadre?
Creo que tienen que ver con cómo me acerco a la dirección. Para mí dirigir es estar abierto, ser siempre curioso y observador. Con esta mentalidad trato de organizar el rodaje, así que si ya estoy en el set, trato de ser permeable, especialmente cuando tengo que trabajar con no actores, porque con ellos existe una posibilidad infinita de sorpresas. Es hermoso cómo decodifican las pistas que les das y cómo reaccionan a las indicaciones. Has de estar alerta para seguir sus movimientos y la forma en que sus cuerpos se expresan. Para mí era importante tener vida en el set. Quiero que se muevan libremente en el espacio, porque así es como también avanza la narrativa: por momentos que llevan a ensamblar emociones y estados mentales de los personajes. De modo que queríamos crear la atmósfera para permitir que esto sucediera. Pongo el mismo énfasis en lo que está frente a la cámara que en lo que está fuera del encuadre. Venera siempre es observada, está rodeada, mezclándose entre otros, si bien no necesariamente pertenece o participa en lo que sucede, se ve muy afectada por esas energías.

¿Puedes profundizar en el papel que juega la música en la película: el concierto es como un rito de iniciación para Venera y la música que suena en la radio, como una chispa de libertad para su madre?
Al elegir combinar sonido e imágenes en lugar de agregar a la película una partitura, mi objetivo era crear una sensación de mayor sensibilidad en la audiencia, pero hay tres momentos en la película en los que decidí usar música de manera diegética. Pensé que la música sería el detonante externo para hacer que estas tres mujeres, estos tres cuerpos, mostraran algo más sobre sí mismos, la música fue un detonante para otra forma de expresión, para permitir que el cuerpo se desprenda de lo que está retenido y así, tal vez, es más fácil comunicar que mediante el uso de palabras.

¿Cómo es que le pediste a tu propia abuela que interpretara a la de Venera en la película?
Siempre tuve a mi abuela en mente para ese papel. Nunca le dije que iba a interpretarlo, solo que estaba haciendo una película, que vendría, me ayudaría y estaría conmigo.

Has declarado que quería contar una historia basada en Kosovo, pero que no reproducirías los estereotipos por los que se conoce al país en el extranjero. ¿Cómo has evitado hacerlo?
Eso reconecta con lo que dije acerca de forma en la que abordo la dirección: estar atenta a lo que sucede frente a ti y no prejuzgar un tema en el proceso de redacción. También evito ese tipo de cine moralizador que crea la ilusión de lo bueno y de lo malo.

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