Noticias Largometrajes
Entrevista a Ferit Karahan (Brother’s Keeper): “Hay muy pocos sistemas educativos en el mundo que promuevan la creatividad y la independencia”

Ferit Karahan ambienta su segundo largometraje, Brother’s Keeper, en un internado al este de Anatolia. En ese entorno aislado, el director lleva a cabo una reflexión sobre el creciente autoritarismo de la política turca y la represión sobre la población kurda. Construido alrededor de la mirada de sus dos protagonistas, el filme combina la dureza de su escenario con la ternura para narrar ese vínculo estrecho que nace al calor de la infancia.

Tanto esta película como tu anterior, The Fall From Heaven, tratan sobre el miedo. ¿Por qué es importante para ti explorar esta emoción?
El miedo es contagioso. En una atmósfera llena de temor, la gente quiere bostezar para respirar. Si no bostezan, se derrumban. En su mayoría, lo hacen con mentiras y pequeños trucos. La mentira derivada del miedo crea un foco de resistencia foucaultiano. Pero a veces una pequeña mentira aparentemente inocente puede causar estragos. Construimos toda la película a partir de esta idea.

Brother’s Keeper se inspira en tus propias experiencias personales a los seis años en un internado. ¿Cómo has logrado mantener una distancia personal con la historia?
No hay muchos recursos sobre internados. Los que existen, se basan por completo en el odio al internado o tienen una visión comprometida con la ideología oficial, valorando la educación como un regalo. Cuando escribí la primera versión en 2009, mi odio a los profesores y al internado lo envolvió todo. Luego, de 2014 a 2017, escribí muchas versiones con Gulistan (Acet). Aunque han pasado casi 20 años de mi experiencia de seis en un internado, allí se originaron no sólo algunos de mis hábitos sino también mis raíces; pero mi memoria recuerda un suelo nebuloso y resbaladizo, ingrávido. Quería abordar mis traumas escolares, ya que me dejaron una profunda impresión. Sentí la necesidad de acercarme lo máximo posible a la realidad, pero no quería hacer un documental de mi propia infancia. En este punto, me di cuenta de que los profesores son en realidad víctimas del sistema. Se me revelaron detalles, aspectos humanizados de la historia y la atmósfera. Nos dimos cuenta de que podíamos utilizar los detalles de esta atmósfera, de la que tengo un conocimiento amplio, tanto para acercar el asunto a la realidad como para distraernos del formato de documental.

¿Ha cambiado el sistema educativo con respecto a tu etapa formativa?
Puede parecer extraño para quien no lo sepa, pero en ese momento las escuelas parecían puestos militares. Nos despertábamos alrededor de las 4:45 de la mañana. Por la mañana estudiábamos, comíamos, hacíamos cola, íbamos a clase, volvíamos a comer, a hacer cola y a clase, y estudiábamos. Fuimos entrenados con disciplina militar. No he sido testigo de que se perdonara el más mínimo error. Era una institución que pedía obediencia total y criaba a los individuos en consecuencia. Pero es útil mencionar que estoy entre los afortunados que pudieron asistir a un internado. La escuela fue como un lugar de descanso para mí, ya que pasé todos mis veranos trabajando en el campo hasta el final de la universidad. La vida con nuestras familias tampoco era tan fácil. Quedarse con ellos requería ser pastor o agricultor en situaciones de dificultad económica.
Estábamos atrapados entre un sistema opresivo por un lado y la incertidumbre de nuestro futuro por el otro. Un poco como la mosca atrapada en una telaraña. Si la mosca revolotea y deja sus alas en la telaraña, puede liberarse; pero no puede volar. Si no, caerá presa de la araña.
Antes de localizar, no me sentía mentalmente preparado para rodar. Constantemente detenía al equipo. Nuestra lucha por superar los desafíos de la producción durante la búsqueda de las localizaciones fue como llevar al amigo de Yusuf al hospital, y las personas que encontramos en el camino fueron casi las mismas. Maestros, director, oficial de carreteras, hospital… En ese momento las carreteras estaban cerradas y el equipo nos quedamos atrapados en un pequeño pueblo. Esa noche supe que estaba en el buen camino y decidí hacer la película.

El joven actor protagonista, Samet Yıldız, tiene una notable presencia, ¿cómo diste con él?
Estuvimos haciendo audiciones mientras localizábamos. Fácilmente vi a más de 1.000 niños. Una vez tuvimos clara la localización comenzamos a rodar. Aunque teníamos los permisos de las autoridades del condado, el director provincial de Educación Nacional no nos dio el permiso. Presentamos los avales del Ministerio de Cultura y Turismo y de Eurimages como prueba. Aún así, siguió sin concedérnoslo. No obstante, disponíamos de localizaciones alternativas. A medida que se fue acortando el tiempo, mis colegas empezaron a preocuparse por el reparto y la localización. El personaje de Yusuf era muy importante y tenía que llevar la película. Siempre pensé que no tenía sentido buscar a Yusuf, ya que nos encontraría cuando tuviéramos clara la localización. Los niños de mis otras películas aparecieron así. Samet (Yusuf) vino durante el casting y hablamos durante casi una hora. Cuando no pudimos obtener el permiso para filmar allí, me mantuve firme en mi elección de Samet. Enviamos a dos de nuestros amigos a convencer a su familia. Mientras estuvimos buscando al actor que interpretaría a Yusuf o mientras él estuvo buscándonos, dimos con el resto de niños actores que participarían en la película.
Al crear al personaje de Yusuf tuve en mente al aprendiz de Marcel Proust. Un personaje no dominante, en su mayoría pasivo, que generalmente tiene un juicio sobre cada situación y, a menudo, resulta estar equivocado.

¿Cuáles fueron las dificultades de trabajar con 500 niños en un lugar aislado en tales condiciones climáticas?
Ya había trabajado con niños actores antes y mis compañeros de equipo pensaban que tenía talento para dirigirlos en una película. Pero en este caso no fue tan fácil. Quizás hubiera sido relativamente fácil trabajar con uno o dos; pero controlar a cientos de niños al mismo tiempo fue cuestión de paciencia. Cada uno debía tener una personalidad diferente, y lo que habían ido viendo en la televisión a lo largo de sus vidas los había condicionado.
Había demasiados niños y la menor relajación podía convertirse en un montón de problemas que no podía abordar. El principal problema con el que estuve lidiando fue la perspectiva sobre la interpretación establecida a partir de series de televisión y películas de héroes. Los chavales parecían miembros de la mafia con pistolas en la cintura, ya fuera cuando caminaban, hablaban o guardaban silencio. He de reconocer que fue difícil desprenderse de esto. Porque lo que realmente les pedía es que fueran ellos mismos, lo que no les parecía muy interesante. Una y otra vez tuve que explicarles que ahí residen la virtud y el aliciente más importantes de la vida.

La película muestra la disciplina y la violencia como la forma habitual de educar a los niños, poniendo de manifiesto como ni se les escucha ni se les tiene en cuenta. Imagino que los dirigiste de la manera opuesta al trato que reciben en la vida real.

Trabajar con personas, especialmente en pueblos pequeños, tiene grandes peligros. En general, los equipos de filmación interactúan de una manera muy cercana con los niños durante el rodaje. Este comportamiento, que al principio parece bueno e inocente, puede afectar negativamente a quienes se quedan atrás. Te metes en sus vidas y los manipulas constantemente. Por eso hay que tener cuidado. A menudo enfaticé que el rodaje era una situación temporal y normal. Eventualmente íbamos a irnos de allí y se quedarían solos. Por eso, el primer día de rodaje, tomé una actitud seria hacia los niños y los traté como trato a otras personas. Siempre hay un momento en el que se desarrolla una forma de comunicación y la película avanza en la dirección correcta. Bueno, si el casting es correcto. Mi ventaja es que conozco muy bien a estos niños. Porque todos estaban pasando por lo que yo ya había pasado, así que comprendí de inmediato su estado de ánimo. Sentí dónde necesitaba ser suave y dónde férreo. Hay que confiar en su inteligencia. Los niños tienen carácter y cuando saben que sus ideas son importantes y se tienen en cuenta, pueden entender todo lo que se dice y devolver con creces.

La película recuerda los retratos de la infancia en el cine de Abbas Kiarostami, la molesta burocracia de la literatura de Kafka y el humor negro de la película rumana La muerte del Sr. Lazarescu (Cristi Puiu, 2005). ¿En qué medida influyeron las tres referencias tanto en el guion como en la película?
Mientras escribimos el guion, estuvimos leyendo mucho los libros de Herta Müller. Müller vivió durante la era Ceaucescu y sintió sentimientos similares a los que yo sentía en la escuela. Quizás por eso lo comparas con la nueva ola rumana, porque vivimos en geografías similares; pero no hay una película que tome como referencia. Prefiero no ver películas mientras escribo un guion.
Al crear el mundo visual de la película fui más meticuloso. Usé la ratio de la academia no solo por su contribución a la atmósfera claustrofóbica, sino también porque estaba explorando a través de un personaje del que quería mantenerme cerca y para mostrar la mentalidad estrecha del sistema.
En mis primeros cortometrajes, el uso de la cámara al hombro nació como una obligación. Nunca tuvimos el presupuesto para alquilar herramientas como una Dolly. Más adelante, la cámara al hombro se convirtió en mi estilo. En esta película, traté de usar una cámara en movimiento para seguir a mi personaje principal, que está constantemente en movimiento, y por su contribución a los elementos emocionantes de la película. Como pensé que no tenía sentido colorear una oscuridad que la blancura de la nieve no podía iluminar, opté por una reducida escala de color y como sentí que en aquel lugar no habría más música que el sonido de una campana, y que una mera nota en el exterior sería demasiado, no usé música.

El juego de culpas entre el director, los profesores, los conserjes y los estudiantes recuerda a los habituales en una película de juicios. ¿Tenías en mente algún filme específico de este género?
Pensé más en una película de detectives, donde todos se convierten en policías a su vez. Este género transforma la narrativa, que también se origina en el contenido, en una estructura tensa y oscura. Sin embargo, el hecho de que entre los involucrados haya niños temerosos pone un límite a la trama. Quería sumergir a la audiencia en esa atmósfera desde el primer fotograma y asegurarme de que estuvieran allí hasta el final de la película. Por eso, antes de comenzar el rodaje, había diseñado los planos y cómo rodar en cada escena. Cuando estaba en el set, todos sabían qué planos iba a rodar ese día.

¿Tenías en mente de dar a entender que la opresión kurda comienza en la escuela?
En casi todo el mundo, los sistemas educativos se han establecido para criar corderos obedientes y complacientes que hacen lo que se les dice. Todos los exámenes, los deberes y las reglas son una rueda configurada para elegir al obediente. Porque tienes que superarlos para pasar al siguiente nivel, de lo contrario el sistema te considerará fallido y te eliminará. Hay muy pocos sistemas educativos que promuevan la creatividad y la independencia. Necesitamos personas que cuestionen, y esto no parece probable con el sistema educativo actual. Aquí surge una contradicción. No se puede ser libertario e independiente y esperar que los individuos sean obedientes al mismo tiempo. Porque los individuos obedientes pueden ser buenos trabajadores, pero nunca pueden hacer avanzar la ciencia. En su mayoría, copian las ideas de otras personas.
Los internados son sistemas que imponen la obediencia a los estudiantes no solo en las clases sino también como una forma de vida. Dado que se basan en la normalización de las personas, también funcionan como centros de asimilación en Turquía. El número de internados supera los miles, especialmente en las regiones donde hay una densa población kurda.

 

RESERVA ENTRADA PARA ‘BROTHER’S KEEPER’