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Entrevista a Askar Uzabayev, director de ‘Happiness’

Denuncia de la violencia machista y la estructura social que la consiente en el Kazajstán actual. Con un ritmo pausado, sostenido por una puesta en escena milimétrica y un ambiente asfixiante, la película de Askar Uzabayev, Happiness, compone un duro, a ratos angustioso, retrato en femenino de una sociedad patriarcal en proceso de descomposición.

– A pesar de los ricos recursos naturales y la vasta extensión territorial, el estatus social y económico de los habitantes de Kazajstán es bastante bajo, especialmente cuando se trata de mujeres y niños. ¿Por qué crees que sucede?

Desafortunadamente, hay una gran corrupción en el país y, como consecuencia, a pesar de que tenemos muy buenos recursos naturales y gente formada, el país se está desarrollando muy mal.

– ¿Ha empeorado todavía más la crisis del COVID con sus restricciones la situación de las mujeres?

Sí, la pandemia aumentó las estadísticas de violencia doméstica, porque cuando las personas están ocupadas con trabajo o en algún asunto, no coinciden en un espacio cerrado donde lidiar con su relación personal, como así sucedió durante el confinamiento.

– ¿Hasta qué punto está basada esta película en hechos reales?

La película está basada en hechos reales. Happiness es una imagen colectiva de todo lo que ha pasado y está pasando. Hemos intentado hacer una historia así para que cada mujer pueda verse a sí misma en esta historia y en esta situación.

– ¿En qué medida es una película personal?

La trama es personal, porque con frecuencia me encuentro con este tipo de situaciones en las redes sociales, donde esta o esa mujer se ha convertido en víctima
de violencia doméstica. Además, la productora, que es una de mis mejores amigas, la ha sufrido. Cuando ella pasó por esta trágica situación estábamos preparándonos para rodar otra película que era una comedia. Estas circunstancias le impidieron participar en la película, porque se encontraba en un estado crítico en el hospital, bajo reanimación. Fue un periodo muy difícil y lo estuve pasando junto a ella.

– Tus últimas 16 películas han sido en su mayoría comedias, ¿cuáles fueron los desafíos de retratar un drama que la audiencia experimenta como una película de terror?

Sí, esta es mi primera experiencia en el cine de autor, aunque cuando estudié para ser director, supe que llegaría el día en que haría una película autoral. Al desarrollar la imagen, entendimos el género y la historia, y junto al director de fotografía Maxim Zadarnovskiy, elegimos el acercamiento fotográfico e intentamos acercarnos lo más posible a la iluminación natural. Transmitir las sensaciones que se viven en una película de terror y los sentimientos de irreversibilidad e imposibilidad también fueron algunos de los objetivos de la película.

– ¿Por qué decidiste recurrir al crowdfunding para financiar la película en lugar de pedir apoyo al Gobierno o a las empresas?

Porque pensamos que hay muchas personas que se preocupan por este problema. En realidad, queríamos que las personas pudieran entender que de alguna manera pueden influir en la situación. A nuestro Gobierno no le pedimos ayuda porque en ese momento pensaban que en nuestro país no existía tal problema y porque siempre les ha resultado difícil hacer películas honestas y reales. Cuando empezamos a planear esta película, nos dimos cuenta inmediatamente de que si el Estado participaba no haríamos nuestra película, sino una película con la que el Estado hubiera pensado que estaba resolviendo este problema.

– El problema de la violencia doméstica en Kazajstán sigue siendo invisible e inconmensurable, porque las víctimas rara vez denuncian sus casos a la policía. ¿Está ayudando tu película a denunciar la situación?

El estreno de la película aún no ha tenido lugar, queremos celebrarlo en octubre, pero el Estado ya está adoptando una serie de leyes para proteger a las mujeres, y creemos que para Año Nuevo habrá alguna situación clara.

– Hasta siete actrices rechazaron el papel de la protagonista, ¿alguna vez temiste no dar con la intérprete que le daría vida?

Llegamos incluso a pensar en no rodar la película. Nuestra productora dijo entonces que tal vez estábamos haciendo algo mal y que era mejor retirarnos, pero yo le pedí un día. Nuestra actriz, Laura Myrzakhmetova, era nuestra segunda opción. Después de contarle lo que sería la película y tras recibir su consentimiento, me di cuenta de que ella era la persona idónea y literalmente decidimos hacer Happiness en un día.

– Los espejos se usan mucho para filmar a los personajes principales, ¿los estabas utilizando a modo de metáfora?

En esta película quería que una mujer que se mira a sí misma o a su reflejo pensara que es capaz de influir en lo que le sucede. Porque, después de ver la película, nos despertamos por la mañana, nos miramos en el espejo y además, comparándonos con la heroína, entendemos que en esta situación también podemos influir nosotros mismos y nadie más.

– ¿Por qué elegiste darle al personaje principal un trabajo como vendedora de cosméticos?

La idea me pareció acertada porque ella está constantemente en contacto con mujeres cuyas historias no se cuentan, y para mí era importante que a través de esta
heroína contáramos no su historia, sino la de cientos de otras. mujeres.