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Bora Kim (‘House of Hummingbird’): “Los coreanos se apoyan más en la comida que en palabras o vínculos físicos como los abrazos”

La protagonista de House of Hummingbird, de la coreana Bora Kim, es una solitaria chica de 14 años privada de la atención de su disfuncional familia. En pos de ese afecto que anhela, intenta establecer relaciones románticas tanto con chicos como con chicas del vecindario. La trama de este coming of age se desarrolla en el Seúl de 1994 y está basada en la propia adolescencia de la directora y guionista. Kim es artista interdisciplinaria y socióloga y basa su proceso creativo en la investigación cultural alrededor del espectáculo y la representación de la feminidad asiática.

Su debut en el largo se alzó con el premio a la mejor película en la sección Generation 14plus de la pasada Berlinale y los premios NETPAC al Mejor Filme Asiático y del Público en el último festival de Busán, y a Mejor Película, Actriz y Fotografía en Tribeca.

¿Por qué has decidido contar una historia tan personal en tu debut cinematográfico?

La primera motivación fue simple: sólo quería hacer las paces con mi pasado. Había historias que tenían que ver la luz y un montón de asuntos pendientes que necesitaba revisitar para decirles adiós definitivamente.

He leído que decidiste profundizar en tus recuerdos de adolescente después de algunas pesadillas durante tus primeros meses en Nueva York en las que regresabas a la escuela. ¿Cuánto te ha ayudado este proyecto como terapia?

Mucho. El proceso ha transformado totalmente la relación con mi familia. Ahora nos respetamos y nos queremos profundamente y me siento agradecida por nuestro vínculo actual. Bueno, agradecida no es suficiente: me siento bendecida. No obstante, la transformación de la relación con mi familia ya ocurrió incluso antes de la película, pero se intensificó a lo largo de su realización.

Dos días después de terminar con el rodaje, tuve un sueño sobre mi escuela secundaria. Fue una reunión de secundaria y todos me dieron la bienvenida. En la fiesta del sueño, me sentí muy segura y tranquila. Después de despertarme, supe que aquella etapa había terminado y que se había resuelto. Fueron un sueño y un descubrimiento surrealistas.

La historia está ambientada entre las dictaduras militares de los años ochenta y principios de los noventa y la crisis financiera del FMI de 1997, y muestra la expansión de los bienes raíces y el colapso del puente de Seúl. ¿Podemos considerar la película también como una historia de iniciación de Corea?

Sí, exactamente. Me alegra saber que entendiste la película con mucha claridad.

Tu ópera prima está en línea con uno de los temas que más has explorado en tu trabajo: el lugar que ocupan las niñas y las jóvenes coreanas en sus familias y en la sociedad de su país. ¿Por qué estás interesada en este tema y qué has aprendido al desarrollar esta película?

Siempre me ha interesado el tema porque las mujeres no reciben el mismo trato en todas partes. De pequeña, pensé que era extraño que las chicas recibieran un trato diferente. Me sentí triste y decepcionada mientras aprendía a quererme y buscaba descubrir mi verdadero valor más allá de la norma social. Supongo que si eres una mujer que se valora a sí misma, de manera natural aprendes y te sientes atraída por el feminismo.

No hubiera podido hacer esta película si no hubiera nacido mujer. Ser una minoría es tanto una maldición como una dicha. Puedes explorar el mundo de una manera profunda y compleja y llegar a entender a los demás con mayor hondura.

Al desarrollar la película, aprendí sobre resiliencia, sobre el poder de la conexión entre las personas y sobre el amor.

¿Cuánto ha cambiado Seúl en términos de prejuicios sociales y desigualdad de género desde mediados de los años 90?

Mucho, pero aún falta mucho trabajo por hacer.

Te tomó tres años encontrar a tu actriz principal. ¿Por qué fue un desafío tan grande?

No fue sólo por las audiciones, también tuve que ralentizar las cosas debido a la financiación. Pero es cierto que fue muy difícil encontrar una actriz para el papel de Eunhee, ya que la película gira completamente entorno al personaje principal. Eunhee necesita una actuación sutil, no la típica actuación de una adolescente bonita, y no fue muy fácil encontrar actores adolescentes que comprendieran el subtexto del guión y actuasen sutilmente.

Estoy muy contenta de haber encontrado a Jihu Park.

El diseñador de sonido de la película, Myung-hwan Han, es conocido por su trabajo para autores de renombre como Park Chan-wook y Hong Sang-soo. ¿Cuánto aprendiste de él mientras desarrollabas el sonido de la película?

Yo estaba tratando de meter mucho sonido ambiente aquí y allá, y él me dijo: «No trates de incluir demasiado sonido. A veces es mejor no incorporar nada que no sea un sonido natural. Necesitas saber cuándo poner y cuándo no poner».

¿Por qué elegisteis tu compositor, Matija Strniša, y tú una partitura de electrónica ambiental?

Quería ambientar en la actualidad una película que se desarrolla en los años noventa. Quería ver la mezcla entre lo viejo y lo nuevo. Matija hizo un gran trabajo, componiendo una partitura clásica, elegante y moderna para la película.

En una entrevista elegiste como el mejor consejo de tu carrera la frase de Gaudí: «Para hacer las cosas bien, primero necesitas amor, luego técnica». ¿Te interesa la arquitectura?

Me encantan todas las artes, pero pensé que el consejo de Gaudí era genial.

Descubrí la cita cuando fui a la Sagrada Familia. La iglesia era impresionante. Me impresionó su extraña belleza, y su arquitectura proviene, precisamente, del amor y de la técnica. Mi ópera prima, House of Hummingbird, es resultado del amor. En términos de técnica, todavía estoy aprendiendo felizmente y lo haré siempre.

Eun-hee muestra dos novelas a lo largo de la película, Tres momentos de una vida, de Herman Hesse, y Rojo y negro, de Stendhal. ¿Hay algún mensaje en la elección de estos dos libros?

El protagonista de la novela de Hesse, Knulp, es un personaje que no sigue las reglas, pero no juzga a las personas que sí. Pensé que Youngji era así. Y Rojo y negro fue mi novela favorita durante la secundaria. Recuerdo que me sentí muy conmovida por este personaje que no podía quererse a sí mismo y que se sentía avergonzado. Pude verme a través del personaje y eso me hizo desorientarme. Así que la elección del libro es mi manera de mostrarle mi gratitud.

Uno de los profesores etiqueta a los alumnos que disfrutan de su tiempo libre yendo al karaoke y a la discoteca como delincuentes. ¿Es una percepción extendida en tu país?

Sí, en Corea sigue presente la brutal presión educativa. Es despiadada y los niños coreanos la están sufriendo. Nuestra sociedad necesita permitir que los niños jueguen y exploren.

Aunque la familia de la protagonista tiene un comportamiento disfuncional, el hábito de sentarse alrededor de la mesa para comer suaviza su relación. ¿Qué importancia tiene el ritual de la comida para los coreanos?

Comer juntos es una parte importante de nuestra cultura. La degustación y la reunión une a la familia más allá de las palabras. Supongo que se apoyan más en la comida que en palabras o vínculos físicos como los abrazos.