El 2020 ha sido un año complicado para la industria cinematográfica, todo un desafío para los jóvenes creadores que han intentado tanto comenzar como completar películas en cualquier formato. Muchos rodajes se cancelaron o pospusieron, afectados por las limitaciones de movilidad y seguridad. Además, la incertidumbre respecto a las posibilidades de estreno en salas ha dejado a muchos proyectos en tierra de nadie. Reina el desconcierto.
Toda esa dificultad se traslada al trabajo de nuestro equipo a la hora de seleccionar obras para nuestra 36ª edición, que se celebrará del 18 al 26 de junio. La situación plantea algunos interrogantes respecto a la manera en que la crisis de la COVID-19 ha afectado a la capacidad y a la inspiración de los nuevos autores: ¿se está reduciendo la oferta? ¿Va a ser la pandemia el tema recurrente?
Para poner en común opiniones hemos reunido a representantes de nuestras distintas Secciones Oficiales: María Albiñana, de Webseries, Carla Ayala, de Cortometrajes, Teresa Aguilar del Encuentro Audiovisual de Jóvenes, Gerardo León de Largometrajes y Carlos Madrid, programador y director del festival, intentando arrojar algo de luz al asunto.
¿Está afectando la crisis a la oferta de propuestas?
Es interesante comprobar que la respuesta de los creadores frente al bloqueo que ha supuesto la pandemia no ha sido la misma en todos los sectores. El largometraje es uno de los formatos más afectados: “Son menos títulos los que llegan, lo que dificulta la tarea de conformar un programa que, como sucede en la mayoría de certámenes, reclama estrenos exclusivos, pero la calidad de los mismos no ha decaído en absoluto” afirma Gerardo León.
Carlos Madrid incide en el mismo punto: “si hablamos de largometrajes, si bien no hubo un descenso notorio en 2020 (ya que el límite de nuestra convocatoria finaliza precisamente en marzo) sí que lo está habiendo este año y es de prever que lo haya en el siguiente. Normalmente, entre el inicio del rodaje de una película y su estreno en festivales o salas, pasan entre un año y medio y dos años, así que no sería extraño que el descenso en el número de producciones tuviera lugar tanto en 2021 como en 2022”.
El formato del cortometraje, por otro lado, resiste el envite: “A estas alturas del año, a pesar de haber retrasado la apertura de la convocatoria de cortometrajes, la cantidad de películas inscritas es similar a la de otros años y la calidad se mantiene. Recibimos muchos cortometrajes de estudiantes de cine que ya disponían de recursos limitados antes de la pandemia, por lo que, desgraciadamente, son especialistas en contextos críticos”, nos cuenta Carla Ayala. Carlos Madrid coincide: “Los cortometrajistas, por cuestiones de producción, presupuestos, localizaciones y tiempos de rodaje han podido encontrar recovecos, formas de llevar a cabo sus obras de forma más íntima y reducida”.
Además de las evidentes consecuencias negativas de esta crisis, hay casos en los que las limitaciones generan oportunidades. Las webseries, o series cortas, como matiza María Albiñana, lo han vivido así: “Las series cortas siempre han sido luchadoras y camaleónicas. Estas cualidades les han ayudado a adaptarse mejor durante estos tiempos extraños, en comparación a otros formatos. Eso no significa que no le haya afectado, pero en mi opinión los creadores de series cortas consiguen hacer de su defecto o debilidad, virtud. Además, la pandemia también ha sacudido (una vez más) la forma en la que consumimos series. Durante el tiempo que hemos estado en casa, hemos recibido cientos de vídeos por WhatsApp, incluso hemos llegado al punto de que estábamos saturados por tanto vídeo, zoom o clases online. Y la gente se ha inclinado más a reducir su tiempo de consumo de series, lo que ha hecho que el consumo de series cortas haya aumentado considerablemente”.
En el caso del Encuentro Audiovisual de Jóvenes, el envío de propuestas ha corrido dos tipos de suerte, según Teresa Aguilar: “Dada la actual situación de alerta sanitaria, es previsible que en las categorías infantil y juvenil se produzca un descenso significativo en la participación. El esfuerzo y la adaptación de la comunidad educativa en el marco de la pandemia ha sido incuestionable, pero lamentablemente pasa por evitar al máximo todo lo que suponga contacto físico estrecho. El Encuentro Audiovisual de Jóvenes de Cinema Jove siempre ha sido un festival que promueve la educación audiovisual de los niños y niñas, de los jóvenes, a través de los profesores y profesoras. Esto supone una limitación en este contexto, dado que todo lo que suponga tocar, manipular, estar en contacto estrecho, está absolutamente limitado. Realizar un corto, en todas sus fases, sin esa posibilidad de tocarse, de probar, de experimentar, es extremadamente complejo. Más todavía si tenemos en cuenta de que se trata de niños y niñas. Sin embargo, en la categoría ametur o semiprofesional sí que podemos afirmar que, a estas alturas, tenemos un aumento significativo de participación respecto a anteriores ediciones. La edad, sin duda, es lo que marca esta diferencia”.
¿Qué dice el cine de la pandemia?
Esta crisis global ha paralizado y trastocado nuestra forma de vida. ¿Cómo está reaccionando el cine a ello? ¿Remarcando estos tiempos u ofreciendo evasión? Gerardo León nos habla de los largometrajes: “En lo que se refiere a las películas en sí, la pandemia no ha tenido, curiosamente, un reflejo directo en las ficciones que hemos visto este año. Estoy especulando, pero la lógica nos puede dar alguna pista de las razones de este hecho. Por un lado, una producción cinematográfica puede llevar varios años de preparación y, aunque ya convivimos con el virus algún tiempo, resulta difícil que las películas reflejen la realidad social más inmediata, del instante. Una de las excepciones ha sido Bad Luck Banging or Loony Porn del director rumano Radu Jude, ganadora del Oso de Oro de Berlín, si bien la representación de la pandemia en esta película se limita al detalle de que los personajes lleven mascarillas, pero con escasa incidencia en la trama. Por otra parte, muchos estamos viviendo la pandemia con la esperanza de que sea un acontecimiento pasajero. En consecuencia, parece lógico que los directores no quieran destacar en sus obras algo de lo que el día de mañana quizá nos hayamos olvidado. Tengo la impresión de que muchos creadores se preguntan, ¿cómo se verá mi película en el futuro, cuando todos nos hayamos puesto las vacunas y el virus sea una enfermedad más?”
Carlos Madrid coincide y amplía la reflexión a los cortometrajes: “No ha llegado hasta el momento ningún largometraje que la trate ni siquiera tangencialmente. En cuanto a los cortometrajes, sí encontramos unos pocos, pero la pandemia se trata más desde el género documental. En general, parece como que se quisiera pasar por encima, como si el hartazgo sobre la pandemia y el vislumbre de un final cercano llevaran a los cineastas a querer hablar de cualquier cosa excepto de ella”.
También en el terreno de las webseries se mantiene la tendencia del resto de formatos. María Albiñana afirma: “Es cierto que muchos creadores han acogido la pandemia como uno de sus temas favoritos, pero en general creo que han sido más los casos en los que se contaban historias de amor, de identidad de género, inteligencia artificial, relaciones etc, puestos en situación de pandemia. Lo que ha hecho que todas las historias adquieran un calado y punto de vista diferente (en muchos casos diría que hasta más interesante)”.
Hasta ahora, la conclusión parece clara: la pandemia no será el tema recurrente en el cine en el corto plazo. Teresa Aguilar, sin embargo, nos muestra otro enfoque, el que se vive en los centros educativos: “En el ámbito que nos ocupa, docentes y estudiantes tienen la necesidad de canalizar esta situación a través de las imágenes. La sensación de alarma constante, la necesidad de estar alerta todos y cada uno de los días del calendario escolar tiene que canalizarse de algún modo. La sacudida a la que se ha visto sometida la dinámica del entorno escolar es, quizás, la que está pasando más desapercibida en nuestra sociedad. Nos hemos acostumbrado a la capacidad de adaptación de los niños y las niñas, de los profesores y las profesoras. Quizás, cuando todo esto pase, seremos capaces de analizar con detenimiento la grandísima labor que están realizando día a día en un marco tan hostil como una pandemia con un público tan inocente y tan vulnerable como el infantil. En este mismo sentido, el entorno escolar es súper creativo y con muy pocos recursos son capaces de conseguir resultados asombrosos. De momento y en esta fase inicial, ya hemos recibido varios cortos relacionados con la pandemia. Este año y las próximas ediciones seguro que recibiremos muchísimos más”.
Sobre lo que no ha habido debate es en la calidad de obras recibidas hasta ahora para nuestra próxima edición: “Se nos están rompiendo todos los esquemas; estamos viendo -y seleccionando- obras de una calidad sorprendente, y personalmente estoy impaciente por que el público pueda ver nuestras Selecciones Oficiales en junio.“ dice Carlos Madrid, a lo que añade Gerardo León: “Esto nos da, sin duda, una idea clara de que la creatividad no se ha visto afectada por la pandemia y que el cine es un arte vivo que sigue bullendo en todo el mundo pese a los inconvenientes que haya podido imponer una situación como la que aún estamos padeciendo”. Esperamos poder ver los resultados de esa selección del 18 al 26 de junio, cuando se celebre nuestra 36 edición. En palabras de Carla Ayala, “la bobina del cine no se detiene”.
FOTO: ADA DÍEZ