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(S.O.Largometrajes) Entrevista con Sophie Stockinger, protagonista de L’Animale

Katharina Mueckstein: “La sociedad siempre nos presiona para optar por la razón”

La austríaca Katharina Mueckstein, para titular su segunda película, L’Animale, ha escogido una canción de 1985 de Franco Battiato que trata, justamente, del deseo interior y primario. Su drama adolescente trata, en palabras de la directora, “de las convenciones sociales que nos constriñen y cuestiona si podemos liberarnos de ellas y cómo”.

La propuesta expone la resistencia individual frente a los roles de género y las normas sexuales tradicionales. En opinión de Mueckstein, el potencial revolucionario de nuestros tiempos reside, precisamente, en el coraje para liberar la propia identidad de las normas sociales.

Su protagonista, Sophie Stockinger, debutó en la primera película de Mückstein, Talea, y se ha convertido en una promesa del cine de su país, ya que con tan sólo 20 años, ya suma seis películas. En L’Animale da vida a una chica que forma parte de un banda de motociclistas que intimida a una aldea austríaca.

¿Conocías la canción de Franco Battiato que da nombre a la película?

-Desafortunadamente, no. Es una parte importante de la película y todos tuvimos que aprendernos la letra para el rodaje porque teníamos que cantarla. Comentamos con la directora el sentido de la canción en el contexto de la historia. Se trata de un elemento central, son los subtítulos que le pongo a mi personaje cuando no estoy segura de su comportamiento, porque Battiato habla del animal dentro de él que le ocupa, de que actúa guiado por su instinto interior. Franco dice que todos tenemos que escuchar a nuestra parte animal. Y es algo con lo que mi personaje tiene que lidiar porque está atrapada en su rol en el grupo de chicos. Debe liberar su animal interior. Y como la banda conduce motos, durante la preparación, Katharina tuvo la idea de que hay un lobo que acompaña de caza a la pandilla de motoristas. Si se tratara de otra película, estaríamos montando algún gran animal. Así que a lo largo de la película hay una conexión con la canción de Battiato.

Tanto los títulos de crédito de la película, como la localización de la cantera, que recuerda al desierto, y los jinetes de motocross y su comportamiento hostigador y vandálico evocan el género del western. ¿Tenías alguna referencia en mente al hacer la película?

Cuando estuvimos rodando la película no hablamos de ello, pero muchos periodistas también lo han pensado. La banda de chicos son como los forajidos que toman la ciudad. Cuando llegamos a la discoteca hacemos una demostración de fuerza para transmitir que somos los dueños del lugar y aterrorizamos a las pobres chicas. Sebastian es el líder y ocupa a Mati en cierto modo, así que hay un elemento de película del Oeste a partir del juego de poder.

 En los últimos tiempos ha habido numerosas películas y series de televisión que han dignificado a la comunidad LGTBI, como Orange is The New Black, Transparent, She o About Ray. ¿De qué manera piensas que la cultura popular está ayudando a personas con una identidad y/o una sexualidad fuera de la convención?

Siempre es un buen momento para abordar el tema. Cuando rodamos la película no existía el movimiento #metoo, pero Katharina hizo estudios de género en Filosofía y siempre ha estado interesada en esos temas. Estoy muy contenta de que me haya hablado mucho sobre esos asuntos sociales. Como actriz es un privilegio hacer que los espectadores puedan verse reflejados en las dudas de Mati, que entre la audiencia haya chavales que también estén lidiando con esa lucha interna. Mi personaje no sabe si es o no lesbiana. Es importante sacar a debate esos temas, como sociedad no tenemos porqué encasillar a la gente en blanco y negro, es genial poder hablar de los colores intermedios. Vivimos en tiempos peligrosos para la democracia. En Austria mismo hay un gobierno de extrema derecha y es relevante que haya una concienciación de que hemos de evolucionar y no volver a la Edad Media.

¿En qué medida te identificas con los dilemas de tu generación?

Mi generación sufre mucha presión. En el aspecto económico, se nos exige tener el mismo nivel de vida que nuestros padres. Todo la gente de mi edad está buscando ganar mucho dinero y hacer una carrera orientada a alcanzar metas profesionales. Cada vez hay menos espacio para pensar qué quieres ser. He tenido la suerte de saber siempre lo que quería ser, así que tras graduarme, emprendí la senda de la interpretación, pero mis amigos, que tienen todo un abanico de posibilidades, no saben qué hacer, porque no hay nada que les motive realmente. Me temo que ya no hay pasión en el mundo. Que todos quieren forrarse y son infelices con ellos, así que deseo que la gente empiece a plantearse cuál es su vocación. Sólo podrán ser mejores si empiezan a hacer lo que realmente les gusta.

¿De qué manera resuena en ti el poema de Goethe Blissful Yearning, que analizas en la película?

Goethe habla de que hay gente que no atiende a sus pasiones y luego están los que actúan como mariposas atraídas por la luz, que llegan a quemarse. Ese es el dilema hoy. Y yo elijo ser la mariposa, porque al menos habré experimentado algo. De eso mismo habla la canción de Battiato, de seguir tus instintos y de que quizás al final te quemarás, habrá merecido la pena, aunque espero que no sea así (risas). El poema de Goethe también habla de racionalidad y emociones. Y Mati tiene que decidir si permanece con los chicos o rompe con ellos y se libera en busca de su felicidad. La sociedad siempre nos presiona para optar por la razón. Nuestros padres son un ejemplo cuando nos dicen qué debemos hacer. La madre de Mati da por sentado que su hija va a tomarle el relevo en la clínica veterinaria. Esa decisión sería muy racional, pero quizás Mati no lo aprueba y prefiere dedicarse a otra cosa.

Tu primer papel fue en la película Talea, también de Katharina, y ahora te has convertido en una promesa del cine en tu país, con seis papeles en diferentes proyectos. ¿En qué medida piensas que ella es responsable de tu buen momento?

Le debo mucho, porque Talea fue mi primera película y también mi primer casting. Esa fue mi entrada en el negocio del cine en Austria, y desde entonces he hecho muchas producciones televisivas. Pero estas dos películas junto a Katharina han sido las más interesantes y las que me han supuesto un mayor reto. Para L’animale disponía de un mayor presupuesto y era una producción mayor que su ópera prima, ha sido mi mejor papel con creces, porque me supuso un largo proceso de preparación. Estoy muy agradecida de la oportunidad. Estuvimos presente en la sección Panorama Special de la Berlinale, lo que supuso la exposición a muchas personas de la industria internacional del cine, lo que es muy relevante para mi carrera.

¿Te gustaría repetir esta colaboración?

Claro que me gustaría repetir con ella, pero ahora estoy yendo a una escuela de interpretación en Alemania. Ya veremos qué depara el futuro. Pero también pienso que es bueno que cada una siga su propio camino para volver a reencontrarnos más adelante con más bagaje.